¿Cómo ayudar a la resolución de conflictos dentro y fuera del aula?
Es común que donde conviven diariamente muchas personas pueda surgir el conflicto, la discusión o el malentendido. No es nuestro objetivo la negación de lo propiamente humano sino el planteamiento de mecanismos y herramientas que permitan reorientar el conflicto para poder seguir caminando juntos.
Con este sentido, en nuestro colegio Sagrado Corazón nacen los círculos restaurativos: una experiencia transformadora que nos conecta y que pone en el centro los sentimientos que vivimos cuando tenemos algún problema o rencilla con aquellos con los que compartimos vivencias y camino. Cuando ello ocurre, tenemos que sentarnos y hablar.
En esta dinámica nos ayuda que sea un espacio cuidado, donde tengamos nuestras reglas básicas para expresarnos. Un lugar donde podamos sentirnos escuchados de forma activa lejos de juicios, valoraciones o ataques. Para ello, un profesor acompaña a aquellos alumnos y alumnas que han podido vivir una dificultad relacional y cuida que ese espacio sea un lugar tranquilo, respetuoso y en el que se expresen los propios alumnos desde el corazón.
Es una herramienta tremendamente útil para la resolución de los problemas. Un espacio en el que nos hacernos vulnerables en tanto podemos expresar sentirnos dolidos por situaciones, comentarios o hechos que van contra lo que somos o creemos. Ponerle nombre a esas emociones y explicitarlas nos ayuda a resolver nuestros conflictos.
Este diálogo se produce formando un círculo entre todos los agentes implicados y con la figura de un moderador, generalmente un profesor, que conoce de la situación y actúa como facilitador de ese diálogo pero sin generar juicios ni posicionarse en la conversación. Para ello nos ayudamos de algún objeto, que centra este círculo, y que nos sirve como testigo para dar la palabra a las personas que forman el círculo y que quieren expresarse.
Esta prácticas que vivimos en las etapas de primaria y secundaria nos ayudan mucho a restaurar las relaciones que por un momento se creían rotas, a reenfocar los problemas en una solución y ello pasa por empatizar y sentir la emoción que otros, como yo, están viviendo por aquello que yo hago.
Esto nos permite seguir caminando juntos.
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