Exploramos el desierto y la fe con el relato de la Gran Familia en Godly Play
Nuestros alumnos han iniciado una nueva temporada de Godly Play, un enfoque de aprendizaje que permite a niños y adultos explorar las historias de la Biblia de una manera creativa, profunda y cercana. En este espacio, los niños desarrollan un vínculo especial con su espiritualidad a través de relatos y parábolas, en un ambiente de juego y reflexión. Este método reconoce y valora el sentido natural de los niños sobre la presencia de Dios en sus vidas.
¿Dios está presente siempre?
Esta semana, nos adentramos en la historia de La Gran Familia. En este relato, el desierto tiene un papel central, simbolizando desafíos y momentos de transformación donde Dios se revela de una manera especial. Aunque no es posible traer el desierto real al aula, sí contamos con una pequeña caja que representa su vasta extensión, ayudando a los niños a comprender cómo se vive en un entorno tan exigente: el calor extremo, la falta de agua y la soledad. Esta representación física les permite imaginar y sentir en pequeña escala lo difícil que sería sobrevivir en esas condiciones.
La historia sigue a Abram y Sarai, quienes confiaron plenamente en Dios, a pesar de las dudas e incertidumbres que les provocaba el desierto. Los niños observan cómo, en su viaje hacia la tierra de Canaán, esta pareja se cuestionaba si Dios estuviese realmente con ellos en su nuevo destino, solo para descubrir que Él los acompañaba en cada paso. Este camino les enseña a los alumnos una lección invaluable: que Dios está presente siempre, sin importar dónde estemos o las dificultades que enfrentemos.
En Godly Play, cada historia es una oportunidad para reflexionar y crecer espiritualmente, fortaleciendo en los niños un sentido de conexión y pertenencia con algo mayor que ellos mismos. A medida que exploran estos relatos, también descubren que su fe puede ser una guía constante en su vida.
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